Transformers 4 y El Planeta de los Simios 2

Película: Transformers: La Era de la Extinción
Calificación: 0.5 de 5

Un ejemplo de una imagen extravagante que puede emocionar la diminuta (y hasta cierto punto, inmadura) imaginación de un niño: un robot gigante con una espada montando un tiranosaurio rex robótico que escupe fuego. La idea de la imagen no es incitar lógica o coherencia sino un grado de espectáculo fuera de proporción. Ese es el punto mas prevalente de la saga cinemática de Transformers, comandada por el director Michael Bay (Armagedón, Pearl Harbor). La cuarta entrega, Transformers: La Era de la Extinción, continúa esa idea con un vigor apasionado. Eso no sería necesariamente malo si no fuera acompañada por otros elementos que dañarían el propósito de la imagen inicial dirigida a la audiencia con mentalidad infantil. Los elementos incluyen explosiones cada minuto, modelos corriendo en cámara lenta, una trama enemiga de la razón, mercadotecnia obvia e insultante, y actores con emociones semejantes a las de una estatua. Con todo esto, mi niño interior terminó insultado en vez de asombrado.

En La Era de la Extinción, nos encontramos con alguien que tiene una hija modelo que no es modelo que quiere ir a la universidad. El mundo esta cazando robots pero al mismo tiempo se une con robots para cazar a otros robots. De repente un robot se junta con ese alguien para derrotar a unos malos robots y el jefe de una compañía quiere crear nuevos robots. Pero luego se da cuenta que algo esta mal así que se junta con ese alguien y aquel otro robot para salvar el mundo. Todo en 2 horas y 45 minutos.

El único cambio obvio de este nuevo capítulo es el remplazo de Mark Whalberg (Los Infiltrados) como protagonista. ¿Porqué lo cambiaron? ¿Porque no mencionaron la razón por no incluir los otros personajes? ¿Porque cazan a los Autobots y al mismo tiempo no cazan a los otros robots? ¿Porque hay robots que se convierten en dinosaurios cuando no tienen conexión con la extinción de los mismos? Como lo comenté, la saga de Transformers no es una que desea crear coherencia en drama y temática. A eso le llamo Baymanía (basado en el nombre del director): el deseo de crear espectáculo visual incoherente a precio de la drama. Y aún así, su éxito financiero continúa con una fuerza impactante. Millones y millones de dólares. ¿Porqué? ¿Porqué hay una audiencia para esto? ¿Es para satisfacer la infantilidad de nuestras mentes al precio de nuestra sanidad? ¿Es acaso la temática del heroísmo y el amor a la familia que sostiene a los protagonistas de manera inspiradora? Lo siento, pero me dediqué a buscar esos valores en la trama y creo que quedaron enterrados bajo el escombro del caos a su alrededor.

En conclusión, cabe decir que Transformers: La Era de la Extinción es mala. Muy mala. Insultante. Y triste, en cierto aspecto. ¿Y porque le di media estrella en su calificación? Pues… ¿recuerdan la imagen que describí inicialmente? Sonreí un poco al presenciarlo en la película.

Pobre niño interior.

Película: El Planeta de los Simios: Confrontación
Calificación: 3.5 de 5

Después de una novela, seis películas y dos series de televisión en un periodo de 50 años, la saga de El Planeta de los Simios regresa con mas determinación que nunca antes. Eso se debe gracias al buen trabajo que el director Rupert Wyatt demostró con la precuela El Planeta de los Simios: Revolución en el 2011. Eso consistió en contar no solamente la historia antes de la historia sino el mero génesis de la mitología entera de la saga. Eso le dio mucha libertad al director Matt Reeves (Cloverfield, Déjame Entrar) de guiar la historia a territorio inexplorado en la secuela. Y aunque las caracterizaciones de varios personajes quedaron incompletas, El Planeta de los Simios: Confrontación es el resultado de ciencia ficción usada como debe ser usada: como analogía, alegoría y testamento de la era moderna.

En El Planeta de los Simios: Confrontación, cinco años han pasado. La mayor parte de la raza humana se ha extinguido debido a la epidemia del gripe de simio. Los pocos que han sobrevivido han formado una colonia escondida y sin electricidad. Por el otro lado, César (Andy Serkis, El Señor de los Anillos) continúa liderando a su comunidad poderosa de simios leales, buscando ser un líder sabio y un padre amoroso hacia su esposa y sus dos hijos. Todo se arriesga cuando un pequeño encuentro entre los simios y los humanos, entre ellos el ingeniero Malcolm (Jason Clarke, La Noche Mas Oscura) y el líder Dreyfus (Gary Oldman, la trilogía de El Caballero de la Noche) desata una confrontación que podría llevar a paz y entendimiento mutuo… o guerra y confrontación letal.

Como la precuela, El Planeta de los Simios: Confrontación prioriza los personajes y sus predicamentos encima de un espectáculo sin rumbo. Ademas, la sensibilidad del director Reeves sobre las emociones de César vivifican las mismas al entornar el mise-en-scéne (información visual que detalla información acerca de una fotografía) apropiadamente. Fue una complicada tarea debido a que la historia es, después de todo, acerca de simios. Monos. Lo que pudo ser absurdo terminó generando empatía. Al igual el rol de los efectos especiales fue crucial en esta área. En la industria esto es conocido como captura de actuación, que consiste en transferir la actuación de un actor a la computadora, generado a cambio un personaje en CGI sin disminuir la emoción del actor. Andy Serkis es pionero en esta área, actuando antes como Gollum, King Kong y el Capitán Haddock con fervor e intensidad como cualquier buen actor. A partir de esto, la faceta multidimensional del personaje de César es comparada con los estereotipos de los seres humanos y los villanos. Y la drama se desnivela un poco a partir de esto. La batalla entre humanidad y el ser animal es examinada en César y en sus decisiones como padre y líder, mientras los humanos se encasillan entre los buenos y sensibles humanos y los militares amadores de violencia. Los estereotipos no son extremos, pero si son lo suficientemente encasillados como para no dejar que la historia examine la era apocalíptica mas genuinamente.

El tercer acto desata una guerra de proporciones infernales (me refiero a su intensidad), buscando el impacto que la precuela generó en su tercer acto. Pero es el final que deja toda emoción y giro de trama suspendida, mayormente por el hecho de que busca contestar una pregunta: ¿hay solución para detener el deseo humano de hacer la guerra? Para el cristiano, la verdadera paz yace en la regeneración del corazón y de la mente del hombre a partir de la fe en Cristo. Fuera de esto, el hombre seguirá buscando la guerra por odio, avaricia, codicia, y enemistad. La película no desea buscar una solución simplista, optando por crear ambigüedad en ambos lados del conflicto. Para muchos eso es realista y para otros pesimista. Creo que termino siendo mas como un llamado a examinarnos y ver que encontramos. Buscar por aquella ¨línea delgada¨ que separa el ser humano del animal. Aquella línea delgada es la imagen de Dios en el hombre. Si no lo es, entonces toda masacre se justifica, cosa que la película sabiamente rehusa aceptar.

El Planeta de los Simios: Confrontación es todo lo que Transfomers no es: ciencia ficción que no desea ser ficción. Excelentes efectos especiales y una protagonista vibrante. No es sin sus faltas, pero tampoco es sin su falta de halagos. Son merecidos.

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